domingo, 22 de noviembre de 2009

PARADOJAS


Tuvo una infancia feliz, sin embargo nunca tuvo la oportunidad de presenciar una función de circo como la inmensa mayoría de los niños. Ya adulta tampoco tuvo esa chance; sin embargo la magia circense habitaba en ella de forma inconfundible:

Nunca vio un Trapecista, pero con su imaginación volaba sin red tratando de alcanzar sus sueños.
Nunca vio un Malabarista, pero hacia los mejores malabares para sortear los obstáculos que el mundo le ponía delante.
Nunca vio un Equilibrista, pero caminaba derecha por el alambre de la vida como el mejor de ellos.
Nunca vio un Payaso, pero transmitía alegría a todos los que la rodeaban.
Paradojas de la vida......


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