lunes, 9 de noviembre de 2009

BIGOTE TRAICIONERO

Ella lo esperó con la cena preparada como siempre a pesar de que sospechaba que la engañaba.
El llegó mas tarde que lo de costumbre y le dijo que no iba a comer, que no se sentía muy bien. De esa manera evitaba la apestosa cena y el cumplimiento en el lecho matrimonial, pero aumentaba la sospecha de la misma forma que aumenta la altura de un barrilete con una brisa del este.
Ella puso su mejor cara de comprensión y lo buscó para besar. Allí confirmó lo que tanto temía, lo engañaba con su mejor amiga, Belinda.
En los frondosos bigotes del hombre habían quedado vestigios de la salsa pomarola que ella mismo, esa tarde, le había ayudado a preparar a su amiga del alma.

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