Marcos y Graciela eran amantes desde hacia mas de 6 años, se habian conocido en la sala de espera de una veterinaria donde el llevó a vacunar su cachorro de fox terrier "bombom" y ella a esterilizar su gata "Aurora".
Se encontraban todos los jueves en la casa de ella, aprovechando que su marido viajante salia religiosamente a trabajar por la mañana para regresar el viernes por la tarde.
Marcos tenia una copia de la llave y llegó como siempre puntual, a las 4 de la tarde. Era Febrero y hacia calor. También como siempre se dirigió al baño para tomar una ducha, y esperarla a su amante limpio y perfumado como a ella tanto le gustaba. El era plomero de obra y siempre terminaba muy sucio y sudado su jornada laboral.
Se colocó dentro de la bañera y debajo de la ducha, cerró los ojos y giró el grifo esperando el agua reparadora y refrescante; mas no fue lo que sucedió ya que sintió una lluvia tibia caer por su cuerpo. Por unos segundos pensó que por error había accionado el agua caliente, pero no. Cuando abrió sus ojos comprobó que lo que caía sobre su piel no era agua limpia y transparente, sino una sustancia roja y viscosa; era toda la sangre de su amante Graciela que su marido al enterarse del engaño colocó pacientemente en el tanque de agua.
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