miércoles, 16 de mayo de 2012

PUENTE HACIA LA DICHA


Abrió la puerta de la heladera y la tomó con su mano derecha. Pero por la escarcha formada en el vidrio marrón se le resbaló la botella de cerveza y se hizo trizas contra el negro mosaico. El ámbar líquido se esparcía cada vez mas, al igual que su tristeza. Dejó todo como estaba, tratando de no cortarse con ningún vidrio y con otros $7,50 fue a buscar otro porrón al kiosco. En el camino halló un billete de $50 con los que pudo comprar media docena de cervezas frescas. Llegó a su casa y destapó la que parecía mas helada. Se llenó un vaso, bebió un buen sorbo y con una sonrisa dibujada en el rostro pensó:  A veces la desgracia también puede ser un puente hasta la dicha.


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